miércoles, enero 18, 2023

Naranjuela

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NARANJUELA

La comúnmente conocida como naranjuela o naranjilla de encina (Oronja Citrínica) es una seta micorrizógena de amplia distribución en las dehesas del suroeste de la Península Ibérica, que es su área de endemismo. Tiene un epigeo y esporocarpo grandes, con píleo (sombrero) de 5 a 15 cm de ancho, inicialmente redondeado y hemisférico, aplanándose a medida que va madurando. 

Presenta en el sombrero una coloración típicamente naranja, brillante con tiempo seco, ligeramente viscosa con humedad. Su tinte no es siempre uniforme, generalmente es más pálido en los bordes. La lluvia también puede desteñir su tinte. Algunas formas son muy pálidas, incluso blancas. Se puede pelar fácilmente y posee una carne, blanca, densa y tierna. Exhala un ligero olor a flor de azahar que se acentúa con la edad o con la desecación.

Lo más curioso de esta seta es que sus esporas se concentran en laminillas con forma de gajos, estando suspendidas en un líquido anaranjado muy apreciado en la industria farmacéutica (el famoso zumito de naranjuela). En cambio, su interés gastronómico es muy bajo, ocurriendo además, que su consumo habitual y masivo, aparte de presentar cuadros de gastroenteritis, puede producir efectos alucinógenos que llevan al que las come a creerse cantante de ópera e incluso de zarzuela. 
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Cícladas

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CÍCLADAS

                                                    Para Ana Minecan

Hay un hombre ante nosotros que pule una estatuilla,
pero está de espaldas y tal vez se trate de una mujer.
El mar que rodea la isla en la que vive aún no es el mar
de color vino donde Homero extravió a Ulises,
ni mucho menos la isla del centro se llama Delos.
Deberán nacer allí el brillante Apolo y la cazadora Artemis
para que protejan a los héroes (Crono apenas balbucea).
Pero sin importarle nada de esto, 
frente al mar de transparentes verdes,
tan rico de hipocampos y delfines,
el paciente artista sigue puliendo su figurita
con la arena abrasiva que llega de la otra isla.
Solo él o ella conocen su propósito 
—brazos cruzados bajo los pugnaces pechos,
triángulo púbico, abdomen abultado, esbelto cuello—
Nosotros, nada sabemos. Imaginamos, especulamos,
investigamos caminando a tientas como ciegos
y hasta ponderamos la belleza del albo mármol de Paros.
La blancura que no soporta el artista de las figurillas
que no entiende los rostros sin ojos ni bocas,
las cabezas sin largos rizos, los cuerpos sin tatuajes protectores
y que ya trazará la pintora o el pintor del poblado
sin que nosotros conozcamos su porqué, ni Picasso, Brancusi, 
Moore o Modigliani supieran su para qué.

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jueves, enero 05, 2023

Ya vienen los Reyes


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La ruptura unilateral del pacto con los Reyes Magos a eso de los nueve o diez años —yo creo que antes, los niños éramos más ingenuos— representó el principio del fin y la primera prueba de que la existencia toda es una estafa. Hoy le contaba a mis hijos mi experiencia irrepetible, tan parecida a la de ellos, en una noche como la de ahora y en una mañana como la de mañana, en los momentos en que verdaderamente existió el prodigio, y en un nivel, este del prodigio, solo comparable, qué sé yo, al que se le aparece la Virgen o es abducido por un ovni. No había ni puede haber diferencia alguna.

¿Vais a cumplir esta noche con un mínimo del ritual preceptivo, aunque sea el de los zapatos?, ¿tenéis la conciencia tranquila o negra como el carbón que recibiréis si así es? Pues limpios los corazones y los pijamas, acostaos tempranito porque seréis recompensados por SS. MM. los Reyes Magos de Oriente... ¡Ssshhhhh! ¡Callad ya, no habléis tanto, joder! ¡Se están acercando! ¿Acaso no veis la estrella que los guía a vuestras casas y que va dejando un rastro de purpurina en el cielo oscuro?


 

miércoles, enero 04, 2023

2022: Resumen del año lector

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LIBROS QUE LEÍ (casi en su totalidad) EN 2022
—el asterisco indica relectura—

En este año aciago, con la cabeza puesta en otros asuntos, ni siquiera la lectura fue capaz de cumplir con su función evasiva, esa que es capaza de sacarnos bajo fianza de páginas de la cárcel del presente. Sin más dilación, libre de glosas y afeites, presento aquí mi lista anual con el presentimiento de que la correspondiente a 2023 estará aún más desaprovechada:

1. “Diarios” Rafael Chirbes
2. “Los orígenes del pensamiento griego” J. P. Vernant
3. “Amar é pensar” Fernando Pessoa
4. “La civilización en la mirada” Mary Beard
5. “Réquiems” Mauricio Wiesenthal
6. “La llama inmortal de Stephen Crane” Paul Auster
7. “Lecciones de epicureísmo” John Sellars
8. “Sostiene Pereira” Antonio Tabucchi
9. “Filosofía para inconformes” Óscar de la Borbolla
10. “Rewind” Juan Tallón
11. “Ensayos completos” Paul Auster
12. “Eras la noche” Ramón Pérez Montero
13. “Otoño” Ali Smith
14. (*) “Trafalgar” Benito Pérez Galdós
15. “Sombras de la ausencia” Ramón Pérez Montero
16. (*) “La corte de Carlos IV” Benito Pérez Galdós
17. (*) “El 19 de marzo y el 2 de mayo” Benito Pérez Galdós
18. (*) “Bailén” Benito Pérez Galdós
19. “Notas para una posible biografía de Hípaso de Metaponto” Ramón Pérez Montero
20. (*) “Napoleón en Chamartín” Benito Pérez Galdós
21. (*) “Zaragoza” Benito Pérez Galdós
22. “Equipaje” Manuel Mantero
23. (*) “Gerona” Benito Pérez Galdós
24. (*) “Cádiz” Benito Pérez Galdós
25. (*) “Juan Martín, el Empecinado” Benito Pérez Galdós
26. (*) “La batalla de los Arapiles” Benito Pérez Galdós
27. “Tres días del 33” Ramón Pérez Montero
28. “Cuando fui mortal” Javier Marías
29. “Viaje al sur” Juan Marsé
30. “Primera persona del plural” Enrique Rojas Guzmán
31. “Duelo a muerte en Sevilla” Miguel Martorell
32. “Los nueve libros de historia” Heródoto
33. “Cálculo de derrota” Enrique Rojas Guzmán
34. “Pura pasión” Annie Ernaux
35. “Una historia ridícula” Luis Landero
36. “El huésped” Albert Camus
37. “La muerte de los héroes” Carlos García Gual

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martes, diciembre 20, 2022

EL NACIMIENTO DEL TITO PEPE

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El nacimiento del tito Pepe

(¿Puede servir como cuento de navidad?)


Desde luego, y con la excepción de la mañana de Reyes, no había nada más placentero que el momento en que nuestro tito Pepe decidía rescatar de la alacena atestada de armatostes y chirimbolos los cacharritos de montar el Nacimiento.

Poca intervención requería de los niños para construir aquel paisaje efímero con figuras encima de un mueble que, pomposamente, era conocido en casa como "la trinchadora". Con precaución extrema, y una vez colocados los corchos, el fondo sidéreo, el desigual caserío, el pozo y un puente sobre el río de papel de plata, sacaba de una caja de zapatos unas figuras envueltas en papel de seda que eran del año del catapún, pues muchas de ellas —todas de modestísimas hechuras— estaban desportilladas, dejando asomar en las partes de barro ausente los alambres que les servían de estructura. Como eran pocas y maltrechas, el elenco de figurantes humanos y fauna doméstica hubo de ir completándolo con muñecos de plástico de diversos estilos y tamaños, lo que, junto a la variada escala de arquitecturas, inhabilitaba al tito para crear perspectivas mínimamente verosímiles. Allí coexistían, por tanto, gallinas del tamaño de pastorcillos con una lavandera gigante que parecía enjabonar la camisa de Sansón, teniendo todos a tiro de piedra un diminutísimo castillo de Herodes.

Pero todo esto, ¿qué más nos daba? Claro que nuestro Nacimiento no podría competir jamás con el que se montaba en un balconcito de la casa del Luis el de Monta, que tenía hasta una cascadilla de agua de verdad y luces de colores; pero como digo, tal despliegue de prodigios no nos molestaba a la hora de disfrutar la obra del tito Pepe, a la que contemplábamos con arrobo poniendo los dedos en el filo de la tapa de la trinchadora con todo cuidado para no estropear el ribete de espumillón, y eso sí, poseyendo como gozoso privilegio, el que el tito Pepe nos dejara ir acercando un poquito cada día los plastiqueros Reyes Magos al foco de atención, a la cuevecilla situada exactamente en el centro del pobre diorama y donde el gentío, ávido de adoraciones, llegaba junto con sus animalejos de manera ordenada y en formación perfectamente radial. El tito Pepe siempre fue un hombre de hondas convicciones simétricas. 

Después, días después quiero decir, ya nos aburríamos de tanta quietud, y para cuando tocaba la hora de recoger toda aquella aparatosa escenografía y sus personajes, dejábamos que el tito Pepe se las aviara solo con la faena porque nosotros estábamos la mar de entretenidos con nuestros juguetes nuevos. El caso es que no se me ha olvidado, almacenado el recuerdo en una inviolable habitación de la potentísima memoria olfativa, el olor a cerrado y a plástico viejo de aquellas figuras que conformaban el ensueño anual que aún nos asalta llegadas estas fiestas... La lavandera, el pastorcillo y los Reyes citados, el viejo ante un perol, la vendedora de huevos, la mamá y el papá putativo del Nene, y mi favorita de todas, la del ángel que levitaba sobre el pesebre de corcho y que sostenía aquel cartel de la frase famosa y tan bonita y cuya segunda parte, especialmente, os deseo a todos.
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domingo, octubre 23, 2022

El Rinconcillo Botánico, XI

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El Rinconcillo Botánico, XI: estevia





Para cuantos fuimos alcanzados por aquellos tiempos en que estar gordo se asociaba con la buena salud, el bienestar y aun la prosperidad, nos resultó llamativo el posterior y razonable rechazo a los kilos de más y la lucha por eliminarlos empleando sucedáneos de las materias engordantes. Baste hoy el ejemplo de los glúcidos en sus formatos más denostados tal el azúcar refinado, sustituidos por sacarosas sintéticas o naturales, como es el caso del yerbajo que hoy expongo: la estevia (Stevia rebaudiana), una planta cuyo poder dulcificante no lo iguala ni el final de la peli La Cenicienta de Disney.

En efecto, suficiente es con arrancar una hojita de la sutil plantita y masticarla para que la boca se nos llene de un extraordinario dulzor con un retrogusto buconasal cercano al regaliz. Es lo que hice esta mañana con un puñado de hojas tras fotografiar uno de los ejemplares que cultiva mi cuñao... Pero, ay, poco antes de ser informado de que allí se mean los perros y los gatos.

En todo caso, la experiencia, a fuer de refrescante devino reveladora, pues, ¿qué mejor dieta para adelgazar que pasarse un mes bebiendo solo agua y chupando hojas de estevia? Tal vez con ello se obre el milagro de que se nos olviden las tartas del Mercadona y hasta los bocatas de chorizo Revilla.

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domingo, octubre 09, 2022

El Rinconcillo Botánico, X

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El Rinconcillo Botánico, X: tabaquera.


Si de todos es sabido que la necesidad agudiza el ingenio, será fácil hacerse cargo de que en épocas de carestía y por paliar el dependiente vicio del tabaco, el amigo del fumeque es capaz de fumarse una boñiga de vaca envuelta en papel de estraza. Es por ello que en ayuda de estos pobres seres enganchados a la nicotina vino a aparecer la planta llamada altabaca (Dittrichia viscosa), conocida popularmente entre otros nombres como tabaquera, una especie cuyas pringosísimas hojillas y gualdas florecillas —factoría de melíferas abejas—, si se aglomeran en forma cilíndrica en el interior de un papelillo de fumar, pueden dar el pego de parecer un cigarrillo. Claro está que, salvo para los adictos desesperados de los malos tiempos, a los que les daba igual, tal engendro ni parecía tabaco, ni sabía a tabaco, ni olía a tabaco; pero al menos, echaba humo, que era lo importante. Eso sí, la planta tabaquera producía en quien osaba echársela a los pulmones, una tos de carácter cavernoso propia de un mulo aquejado de enfisemas triples... Mas, si Dios Todopoderoso abastece de comida a los humildes pajarillos, ¿cómo iba a dejar a su suerte y sin su ración de tabaco —aunque fuera una burda imitación— al humano, el rey de la Creación?
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domingo, septiembre 04, 2022

El Rinconcillo Botánico, IX

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El Rinconcillo Botánico, IX: escaramujo

¡Hombre, por fin! Hoy, una planta que echa cositas comestibles y es que hablo del rosal silvestre (Rosa canina), uno de cuyos ejemplares fotografié mu malamente ayer mismo:


Tal planta, que sería una verdadera mansión del placer para los insectos palo, también proporciona algunas delicias para el humano mamífero, sobre todo porque sus frutillos —que no son bayas— llamados escaramujos (y como escaramujo se conoce por extensión la propia planta) ofrece a quien los devora, una vez desprovistos de las semillitas interiores, una de las mayores fuentes de vitamina C que facilita la naturaleza gratuitamente. Pero vamos, un huevo de vitamina C, eh.

Vale. Pues hasta aquí llegué con esta tanda de la serie dado que mañana vuelvo a la Urbs. Ya la retomaré cuando regrese.

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El Rinconcillo Botánico, VIII

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El Rinconcillo Botánico, VIII: zarzaparrilla

Encamineme esta mañana en compañía de mi cuñao Manué hacia la llamada "Cueva de las Pinturas" con el propósito de conseguir pigmentos naturales con el que fabricar algunos colores al óleo cuando, ya en la boca de la enorme caverna, tropeceme con estos graciosos racimillos de bayas que produce la Smilax aspera, esa planta que se nombraba muchas veces en las películas del Oeste, cuando a los niños le daban algún refresco en aquellos tiempos anteriores a la Mirinda (mi tío Pepe me contaba que fue un gran consumidor de esa bebida cuando jovencillo).


Me refiero, claro está, a la zarzaparrilla. ¿Alguien de los presentes ha probado tal bebedizo? Servidor, no desde luego. De todas formas, si algunas vez os topáis con esta planta, no seáis burros y os comáis las bayas como si fueran moras de zarza... ¡El refresco de zarzaparrilla se elabora con sus raíces! Atchung!: ¡las bayas pueden ser muy tóxicas!

Ahora que caigo, ¿he dado entrada alguna vez en este apartado botánico a alguna planta que no sea venenosa, urticante o apestosa? Vaya por Dior (hola, Vichoff), a ver si mañana mismo presento alguna especie toda benéfica, odorífera o, al menos, inocua.

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El Rinconcillo Botánico, VII

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El Rinconcillo Botánico, VII: cebolla albarrana

Pues hoy este espacio se convierte en un bien social, ya que, sabedor de que muchos de ustedes sufren en silencio el martirio de las hemorroides y que, además, sus domicilios están infestados de ratas, me he acordado de la simpática pero altamente tóxica cebolla albarrana o ceborrancha entre otros muchos nombres (Urginea maritima).



A). ¿Que tenéis vuestra casa hasta las trancas de mardito' roedore'? Pues nada más fácil: troceáis un bulbo con manos previamente enguantadas, y distribuís los cachos según vuestro leal y recto entender. Una vez que la rata los fagocite con placer ya que el bulbo les resulta delicioso, y dada su imposibilidad de gomitar, el animalito no sentirá sus efectos letales hasta pasado un buen rato, momento en que entregará su alma al Altísimo poniendo las cuatro patitas para arriba.

B). ¿Que os asoman por el esfínter anal almorranas tal tentáculos de pulpo? ¡Pues más fácil aún, criaturas mías! Os hacéis con tantos bulbos como almorranas tengáis (y si son de buen tamaño estos bulbos, miel sobre hojuelas) y, no hay que hacer nada... salvo ponerlos bajo la almohada y dejar que el pensamiento mágico actúe durante toda la noche. Al amanecer, cuando os toque la temible hora de deponer, observaréis con felicidad que vuestras hemorroides han desaparecido "como por arte de magia", nunca mejor dicho.

Por todo ello, no os neguéis el disfrute de la ceborrancha. En mi poblado consorte las hay a patadas. ¿Os parece bien que os ponga el kilo a 30 eurillos de nada? Gastos de envío aparte, por supuesto.

Oye, pues sí que me encanta esto de erigirme en vuestro benefactor.

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