lunes, febrero 15, 2010

Placeres Mundanos

"Patatas (casi, casi, casi) a la riojana"

En la desnudez de su composición, podemos decir que las patatas a la riojana son un guiso de patatas y chorizo. Chimpún. Todo lo demás está sujeto a la normativa e inventiva de los gustos de cada cual. Por ello y pese a partir de la receta de Mar, mi amiga abuelabloguera ( http://labahiademar.blogspot.com ), una vez aprehendido el concepto, al ejecutar el pasado sábado este papeo, cometí toda clase de heterodoxias, o lo que es lo mismo, me divertí y divertí posteriormente a mis rendidos comensales.

Pero vayamos a ello. La cosa empieza…

—...Haciendo un sofrito de cebolla, pimiento verde, pimiento rojo y puerro (soy un incondicional del puerro en los sofritos como ya habrán advertido.) Fig. 1

—Troceamos en pequeño carne de cerdo, no mucha porque aquí el que manda es el chorizo. En este caso utilicé carne de costilla de guarro ibérico desprendida del hueso (Fig. 2) En el mismo aceite del sofrito, una vez trasladado el mismo a la olla exprés, doramos levemente carne (Fig. 4)

—Acabado el corto proceso, agregamos sin miramientos la carne a la olla, donde esperaba el sofrito, junto con una hoja de laurel, media cabeza de ajo y una cucharada de pimentón. Por favor, que sea de la Vera; rechace imitaciones (fig. 5)

—Ahora permítanme un pequeño flashback: Pelamos y cortamos las patatas chascándolas (Fig. 3) y les damos una leve pasadita por el aceite. No vamos a freírlas, vamos a “sellarlas”. Una vez lubricadas, a la olla que te crió. Salpimentamos y ponemos agua hasta cubrir apenas a todos los habitantes del fondo del recipiente. 15 minutos de cocción a medio trapo son suficientes.

—Troceamos el chorizo. Si está curado lo añadimos al resto de ingredientes antes de poner la olla a funcionar. Pero si el chorizamen está fresco es mejor añadirlo después para que no se deshaga. (Fig. 6)

—Previamente habremos puesto a hidratar tres o cuatro pimientos choriceros. Servidor los pone a hervir 10 minutos y va que chuta. Luego los despepitamos y desprendemos el regalo de su carne con una cucharilla. (Fig. 7)

—Ojo, que ahora viene truki de los guays: Una vez transcurrido el tiempo indicado, apartamos la olla del fuego y cuando deje de echar vapor por el pitorro, la abrimos, nos deleitamos con el aroma que de ella sale y extraemos… la media cabeza de ajo. Pelamos con cuidado los dientes de ajo y los mezclamos con la carne de los pimientos. Con la misma cucharilla lo aplastamos todos hasta formar una papilla (Fig. 8) que reingresamos en la olla junto con el chorizazo troceado. Rectificamos de sal y dejamos hervir a fuego lento hasta que el guisote espese y el chorizo se ablande. En seis o siete minutos concluye la cosa.


—El resultado final del fácil y rápido proceso presenta el coloradote aspecto de la foto de arriba, que si es magnífico, más lo es aún de sabor. Hacía considerable tiempo que no me encalomaba un comitre de mejor relación sencillez/gusto/calidad/precio... Ah. Como no, siendo de nacencia riojana estas patatas, nada mejor que acompañar el plato como lo hizo servidor, con un tinto de Valdepeñas bien fresquito. ¡Burp!

3 comentarios:

Unknown dijo...

blog de cocina con esta gente.

Mar dijo...

Lo que cuenta, Sapristillo mío, es divertirse y que lo que nos causa diversión en la cocina sea comestible, en la foto veo que quedaron de rechupete. Yo las hago un pelín más caldositas.

Y veo que hay otra abuela bloguera :-)

Un beso.

Unknown dijo...

Primo.... y no te dio nada por ese cuerpo de no invitarme a la comilona??. Agarraaaaaaaaaaaaao


Besos de tu primi Mari.