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A ver quién es el guapo o la guapa que tras leer este anuncio, nos viene luego con mandangas de crisis ni de crisas… ¿quién no tiene a mano unas maderitas, unos palitroques con que organizar un fuego? ¿quién no posee una cacerola o una lata mismo en la que echar un poco de agua y un pellizco de sal?... Con tales sencillos elementos, el cocer el huevo que regala junto con la pieza de pan este emprendedor tendero de nuestro barrio, se convierte entonces en una acción al alcance de cualquiera y garantiza en nuestra dieta la presencia de proteínas junto a los hidratos de carbono procedentes del bollo.
¿Que queremos completar el menú sin gastar ni un céntimo?, pues, ¿qué tal un poco de verdura, una saludable ensaladita? De ellas, y gratuitamente si sabemos rebuscar bien, nos abastecen los feraces campos e incluso los solares urbanos: collejas, berros, tagarninas, canónigos… Y si ya somos unos gourmets, amigos del capricho culinario, hagamos como mi amigo, el loco Alonso, y redondeemos el opíparo almuerzo con algún palomino de añadidura los domingos, haciendo de paso, un favor a nuestros abnegados munícipes y su lucha incansable por librar a la ciudad de la plaga de palomas. (Próximamente, en este blog, les ofreceremos diagramas para construir trampas para cazarlas y un opúsculo sobre la cría de ratas).
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1 comentario:
Horrísono, gloricioso, memorabilia memorable!! Y encima la reseña de Clara Sanchez que es una obra maestra -además de una verdad absoluta, XDD-. Chapeau!
Blog a mis favoritos pero YA.
Saludáceos.
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