La rana, la rana vulgar y corriente, comparte con la bicicleta su extraordinaria dificultad de ser dibujada. Prueben si no. Equipen a sus amistades con papel y lápiz durante alguna sobremesa alicaída, propongan el dibujo del batracio, y amenícenla con inagotables risotadas. En un principio casi todos se negarán, pues dibujar en público una rana produce en el adulto tanta vergüenza como expulsar gases (hablamos de público educado, por supuesto); pero si insistimos convenientemente o, de ser necesario, hasta llegamos a la amenaza blandiendo un cuchillo cebollero, nadie dejará de plasmar su obra para regocijo de todos.
Como ejemplo, ofrecemos a continuación unas pocas muestras del pasado experimento veraniego:
Y para finalizar por hoy, presentamos la asombrosa...
2 comentarios:
Son dibujos bien jodidos, eh?
Me gusta este blog por lo que me queda por leer :)
Me parto con la rana-cacahuete.
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