En nuevo alarde de desfachatez, estos modernos engañaniños organizan su desatinado disparate y en patética troupe mezclan con toda torpeza a los personajes en boga del imaginario infantil: Calamardo, Bob Esponja, Hello Kitty y Ben 10.
Mas si la engañifa se vuelve sombría en su pobreza, ya roza lo delictivo cuando el personaje a tratar es el gran Bob Esponja, convertido aquí en un muñecote obeso, tal un rutinario oficinista de culo fondón, degradado a la fofez e imposibilitado de vestir unos pantaloncitos cuadrados.
Por todo ello, reclamo para los responsables la pena capital. Ea.
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4 comentarios:
Sí, yo me llevaba muchos chascos con las pegatinas de chicles y bollería. Y no sé si lo hacen por ahorrarse dinero o por cutres, simplemente.
Deprimete. ARTE!
... no entiendo qué les disgusta de tan celtibérico espongiforme... a mí me resulta simpático a no poder más, y me recuerda mis raíces, dónde estoy, qué es la realidad y todas esas cosas tan filosóficas... En fin, que si dan este espectáculo cerca del Desván, hasta soy capaz de bajarme a verlo...
Tampoco es muy distinto del panorama de espectáculos que nos brinda Gallardón, tras su transformación de la Gran Vía.
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