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Con mi torpe pedaleo, montar en bicicleta, aunque sea en este cómodo modelo holandés con freno de tambor, se convierte en un ejercicio parecido a domar un caballo appaloosa. A pesar de todo, durante este verano y a la caída del sol, cumplí con mi propósito de observar la belleza de su sombra proyectada. Así decía la vieja greguería ramoniana: “Lo más bello de la bicicleta es su sombra.” Tan cierto como su capacidad rejuvenecedora.
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Con mi torpe pedaleo, montar en bicicleta, aunque sea en este cómodo modelo holandés con freno de tambor, se convierte en un ejercicio parecido a domar un caballo appaloosa. A pesar de todo, durante este verano y a la caída del sol, cumplí con mi propósito de observar la belleza de su sombra proyectada. Así decía la vieja greguería ramoniana: “Lo más bello de la bicicleta es su sombra.” Tan cierto como su capacidad rejuvenecedora.
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1 comentario:
Esta bici tiene tipo de haber sido en sus tiempos de cualquier afilador sin estudios, la veo desmontada de elementos y en el puro chasis.
Saludos de un ciclista apasionado.
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