La exposición de pintura de Andrés Rábago, “El Roto”, se abría con un texto que me vi obligado a fotografiar como prueba de su existencia. Se hace raro que, de conocerlo, un tipo como el genial Roto lo haya permitido, porque es absolutamente imposible condensar tanta pedantería en tan pocos renglones.
Así decía:
“La obra de Rábago está concernida por una nueva clase de relación entre niveles de conciencia y es un ejemplo de que todas nuestras acciones no son más que fragmentos de un espíritu universal.
Pensar de otra manera a la hoy dominante sobre el medio ambiente es, ante todo, pensarnos de otro modo para traspasar este umbral que nos permita fundirnos y confundirnos en un todo cósmico más real que la realidad de nuestra celda mental.”
A ver quién es el guapo que supera tanta idiotez…
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