miércoles, agosto 05, 2009

"El catolicismo explicado a las ovejas" Juan Eslava Galán


El prolífico polígrafo polimorfo Juan Eslava Galán demuestra con su último trabajo “El catolicismo explicado a las ovejas” que estos tiempos nefastos donde la especie humana se ha abandonado a la molicie, a adorar al oro del becerro, a fisgonear en la perniciosa Internet, a engolfarse con el fútbol y los programas del corazón, e incluso, ¡ay!, los que pueden, se han entregado al fornicio desmedido y sin tasa, son campo abonado para que individuos como él entren a saco en el panorama editorial con la aviesa intención, no sólo de poner en duda los cimientos del Sacratísimo Edificio que la Santa Madre Iglesia ha ido construyendo durante milenios sino sumarse a esa chusma de desalmados que provistos de barrenas, taladros, berbiquíes y otros ingenios perforantes, tratan de horadar la nave de San Pedro para echarla a pique, siendo su sobresaliente ataque más pernicioso que los de otros destacados enemigos de la fe, ya que lo realiza de manera taimada e incluso convincente para el poco avisado, esto es, disfrazado con una piel de oveja sobre sus lomos de terrible lobo. Con esta burda engañifa y haciendo creer a los crédulos, digoooo, a los creyentes, que su posición moral es solidaria con el aprisco celestial, engarza uno tras otro, párrafos de tal irreverencia que uno sólo de los renglones que lo componen hubieran bastado para conducirlo a la hoguera en otros siglos donde imperaban la decencia y el temor de Dios.

A lo largo de sus 500 páginas —que incluyen aberrantes ilustraciones—, este sujeto, que sin duda debe estar pagado por Al Qaeda o por el lobby judío norteamericano o por el oro de Moscú, que algo de calderilla habrá quedado, o por los tres a la vez, que no hay más que ver las barbazas levíticas que gasta el mozo (¡y qué digo levíticas! ¡deuteronómicas!) para darse cuenta que sabe poner el cazo sin mirar quién aplica el soborno; este sujeto, vuelvo a decir, se pasea por la historia de nuestra verdadera fe como Pedro (no el de las llaves sino el otro) por su casa intentando demostrar que millones de habitantes del planeta están equivocados, enfangados como se encuentran en la enorme falacia, la patraña inmensa, el más grande cuento de vieja jamás contado, con que les han engañado unos negociantes embaucadores que a lo largo de los últimos veintiún siglos según él, aparte de vender humo, han mezclado en tal gazpacho espiritual las religiones sincréticas mediterráneas, los ritos mistéricos, los hechos nimios convertidos en mito, el toletole de reliquias, milagros, apariciones, estampitas y santos lugares, y situándose con chulería al lado de ese turista que contaba el gran Gila, que visitando el Vaticano exclamó: “¡Y empezaron con un pesebre!” Y es que para mayor inri, y nunca mejor traída la expresión, el tío lo hace sin ahorrar humorismo y abierto sarcasmo en un despliegue de poca vergüenza tan desaforada como insistente. Por todo ello nos cuesta creer que para realizar este gordo libelo haya manejado una bibliografía de ¡ciento treinta y siete entradas!, pero que suponemos todas más falsas que los milagros de Mahoma, al igual que los numerosos apéndices que los epígonos de este individuo han calificado de sabrosísimos. ¡Pero si es que incluso el tío ha tenido la desfachatez de derivar los emolumentos que por derechos de autor le correspondan por sus morcillas evangélicas a la Conferencia Episcopal!

Por todo ello, y siempre que consideremos al lector como persona formada y de bien cimentada fe, aconsejo vivamente la lectura de este volumen, “El catolicismo explicado a las ovejas”, no sólo para demostrar cuán burdos e infructuosos llegan a ser los argumentos de este ateazo hijo de Satán para echar abajo lo que muchos llaman invención de Pablo de Tarso, sino para salir más edificados si cabe tras la experiencia, sustitutoria en muchos casos de un cilicio en el muslamen. Y es que estamos seguros que el hijo del carpintero, cuando suceda la parusía y felicite vivamente a la Curia Romana después de girar gozosa visita por el Estado Vaticano, sacará de su inconsútil y tosca túnica el látigo con que expulsó a los mercaderes del templo para zurrarle bien zurrada la badana a este Eslava Galán de los infiernos.

4 comentarios:

Unknown dijo...

muy bueno este comentario sobre el catecismo de Eslava Galán. Tengo algún libro de este hombre.

Leopoldo

David dijo...

¡Qué texto tan bueno! A pesar de la notable longitud de sus frases y del soporte cibernético, se lee de corrido y provoca unas ganas inmensas de leer al hereje ese, hijo de... Satán.

Anónimo dijo...

"... párrafos de tal irreverencia que uno sólo de los renglones que lo componen hubieran bastado para conducirlo a la hoguera en otros siglos donde imperaban la decencia y el temor de Dios."

Ante comentarios así creo que huelgan más comentarios.

Sap dijo...

.
Estimado señor Anónimo, ¿usted ha leído bien?
Saludos.
:-)